Saber escuchar: El camino a la Alta Dirección

 

Saber escuchar: El camino a la Alta Dirección

Los expertos aportamos valor cuando hablamos. Por ello, nuestra labor consiste en participar en una cantidad de actos en los que exponemos, proponemos ideas, soluciones, reflexiones, pero quienes nos empeñamos en este acto aportamos tanto valor con nuestros hechos como con nuestras palabras.

Escucha y liderazgo efectivo


“El silencio puede ser revelador de que se está fraguando ideas muy profundas, de que se está haciendo acopio de las más hondas energías” Kazuo Ishiguro
Un factor que tienen en común los altos directivos es su capacidad de escucha. Una capacidad que se desarrolla gracias a una combinación de silencio, empatía y humildad.
En estos momentos debes de preguntarte ¿De qué manera esas habilidades blandas pueden ayudar a mis emprendimientos, organizaciones o en tu crecimiento profesional?
Bueno comenzaríamos comentando que para realizar cambios necesitamos escuchar a nuestras organizaciones, a estar atentos a lo que nos dice la sociedad sus valores, sus hábitos de consumo, que nos dice el mercado y las tendencias que presentan.

Y sin embargo, a muy pocos parece interesarles el silencio, y por ello la competencia para asumir puestos de alta dirección no es tan intensa. Ser capaces de ver oportunidades o de  Interpretar los KPIs de manera adecuada requiere educarnos en esta capacidad que nos permite leer los indicadores tangibles y cualitativos. 

Como ser capaces de guiar a nuestra organización, si no somos capaces de comprender el alma de la misma y de lo que la organización pueda hacer en el futuro. No hay una formula única para alcanzar los objetivos que nuestras organizaciones, aunque los métodos y procesos sean similares para todas las realidades y contextos marcaran la diferencia. Inclusive organizaciones muy similares pueden evolucionar de manera distinta. Por ello, la escucha es muy importante a la hora de tomar decisiones de inversión o de alianzas laborales.
Los altos directivos deben ser muy humildes, reconocer que no lo saben todo, que necesitan que escuchar mucho al mercado, a las personas que servimos, pues, de esta manera comprenderemos las necesidades que demandan inclusive antes de que sean capaces de expresarlos. Con ello queda claro que no hay otra manera de alcanzar el éxito.
El éxito en la vida y en los negocios depende del valor de nuestras relaciones, de reconocer al otro como igual, se trata de que al final seamos capaces de tejer una red de relaciones de alto valor añadido con transacciones muy valiosas.

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